La del jueves fue una jornada triste para decenas de funcionarios de la Universidad de Aysén, quienes uno a uno fueron notificados de sus desvinculaciones. Una situación dramática para estos trabajadores, una consecuencia más de la crisis institucional y financiera que enfrenta la casa de estudios superiores estatal.
En el campus Lillo se confirmaron estos despidos, dejando una estela de incertidumbre para estos funcionarios, a quienes incluso, no se les hizo efectivo el pago de la sala cuna. Otros, incluso han debido dejar sus arriendos, teniendo que vivir de allegados.
Todo además en el marco de la entrega, durante la noche del miércoles, del documento que acredita los ajustes a la estructura organizacional de la institución, que presenta una crisis organizacional calificada de “severa” por la rectoría.
Jeanette Soto / Presidenta Asociación de Funcionarios U.Aysén
Recordemos que según lo expresado por un informe emanado desde la Superintendencia de Educación Superior, “La situación financiera de la Universidad de Aysén representa un riesgo grave de no garantizar su viabilidad administrativa, laboral, académica y financiera en el corto plazo”, además según el mismo documento, “la institución presenta una sobre dotación de personal académico y administrativo, que no se condice con el comportamiento de la matrícula”, gestión deficiente que ha contribuido a esta crisis patrimonial.
De paso, los funcionarios, acusan que desde Rectoría no han tenido un diálogo fluido con los afectados.
Jeanette Soto / Presidenta Asociación de Funcionarios U.Aysén
En el documento en el que se comunican los ajustes a la estructura organizacional de la casa de estudios, se evidencia la eliminación de 15 unidades de la U.Aysén, entre ellas varias de relevancia, como la Secretaría Académica, la unidad Jurídica, al igual que la de Aseguramiento de la Calidad de la Educación, de Desarrollo de la Investigación, la Escuela de Postgrado y la Oficina de Partes, Gestión Documental y Transparencia, entre otras.
Se desconoce, por ahora, si una de las principales apuntadas por esta crisis, la ex rectora Natacha Pino, sigue siendo parte del organismo.
Jeanette Soto / Presidenta Asociación de Funcionarios UAysén
La crisis es tal, que han debido dejar dos de sus dependencias, las emplazadas en el denominado Campus Río Simpson, ubicado en calle Obispo Vielmo y las de calle Balmaceda, por múltiples atrasos en los pagos de arriendos.
La U.Aysén funciona completamente en el Campus Lillo, edificio que también tiene un retraso en los pagos de arriendos de dos meses, por lo que el arrendador, de acuerdo al contrato suscrito, tiene la facultad de cesar de manera anticipada el acuerdo, lo que podría gatillar que la institución se quede sin oficinas administrativas y salas para impartir clases.
Para los trabajadores, esta crisis podría ser el comienzo del fin para el sueño de tener una universidad estatal en la región de Aysén.